viernes, 23 de noviembre de 2012

Thanksgiving day y Black Friday, dos eventos muy americanos


Thanksgiving Day o el Día de Acción de Gracias nació en el año 1620, cuando los primeros peregrinos (los Padres Peregrinos) llegaron a Plymouth Rock el 11 de Diciembre. Como el primer año obtuvieron una buena cosecha, decidieron celebrarlo con una gran cena, incluyendo a los indios que les habían ayudado a sobrevivir  ese año. Pero ni siquiera se sabe si comieron pavo, que es lo más típico en estas fechas, porque denominaban "pavo", a cualquier clase de ave silvestre. Sin embargo, no lo celebraban cada año, y no fue hasta 1863 con el presidente Lincoln cuando se proclamó oficialmente para ser celebrado el último jueves de cada mes de noviembre. En 1941 fue declarado oficialmente un día festivo por el Congreso de los Estados Unidos. 
Tras una pequeña introducción histórica que considero interesante para conocer el origen de este día, procedo a explicar mi propia experiencia. 
Todos mis alumnos estaban esperando este día con muchas ganas y me preguntaban cómo lo iba a celebrar, me avisaron de que se comía muchísimooooooo, y que había restos después para toda la semana, yo temía tener la sensación de empacho y convertirme en Sancho Panza, pero he de decir que no, de hecho, no desayuné conscientemente para hacer hueco a la comida del resto del día y cuando volví por la noche a las 2 AM tenía hambre. No he visto el pavo corriendo por la cocina como en algunas películas ni mucho menos, y tampoco he comido tanto pavo, puedo decir que he comido más de otras cosas. La tradición es cenar en familia, lo que llaman la cena de Thanksgiving Day, pero la verdad que yo no sé como clasificarlo, no sé en qué franja horaria se encuentra, porque se empieza a comer hacia las 2 de la tarde, y depende de las casas que visites, si estás en más de una, puedes seguir comiendo todo el día. Mi host family y yo estuvimos en tres casas diferentes, y comimos en la primera y la tercera un menú muy típico de este día y que se encuentra en todas las casas. Mi plato (ver foto) tenía: pavo, mashed potatoes (que es como puré de patata) con una salsa marrón deliciosa, judías verdes, sweet potatoe cake (pastel de boniato), y el aderezo del pavo, también macarrones con queso, pero esto último no es típico. Cuando estuve en la tercera casa comí manzana con sweet potatoe y un pastel muy dulce y delicioso de sweet potatoe muy diferente al anterior. También es muy típico el pastel de calabaza, aunque yo no lo disfruté este día. 
Otra tradición de este día poco relacionada con la comida es ver un partido de fútbol americano en la televisión que se juega todos los años en Thanksgiving Day.
Debido al afán por consumir que existe en este país, también tienen otra tradición instaurada que se llama Black Friday o El Viernes Negro. Básicamente se basa en ir a comprar a partir de media noche en Thanksgiving Day para conseguir artículos a precios muy reducidos. Los comercios mantienen en  secretismo total hasta el último momento los productos que van a estar rebajados. Las mejores ofertas se encuentran en artículos electrónicos como televisiones, ordenadores, tabletas... En su orígen las tiendas abrían hacía las 6 AM, luego pasaron a abrir a media noche, y este año algunas han comenzado a abrir a las 8 de la tarde, o hacer ofertas especiales también la noche del miércoles, lo que ha suscitado muchas críticas, ya que la gente se dedica a hacer colas desde muy pronto por la mañana para conseguir su objetivo y no disfrutan del Día de Acción de Gracias, al igual que los empleados. He visto gente con tiendas de campaña haciendo colas a la puerta de los hipermercados. Y como no, por supuesto, yo tenía que vivir esta experiencia. Como les dije a mis alumnos: quiero ir para ver cómo la gente lucha y hacer fotos, no para comprar xD. Mi plan en principio era ir con una amiga el viernes por la noche al Mall (centro comercial) a ver lo que ocurría. Sin embargo, la noche del miércoles, salí al servicio a las 2:30 de la mañana, y vino mi host mother hacia mí y me dijo:
- Mi madre y yo vamos a ir a comprar una televisión que está rebajada 500 dólares, ¿quieres venir?
Mi respuesta fue: - ¿pero no es mañana?
A lo que me respondió: - si, pero también lo hacen hoy, si quieres venir, en 15 minutos nos vamos.
Mi cara en ese momento fue de pocker face total (sorpresa junto a interrogación), y como estaba despierta acepté el reto xD. 
Así que nada, nos plantamos a hacer cola delante del centro comercial a las 3 AM (ver foto), en principio no había mucha gente, pero al llegar las 6 AM, no sé como empezó a engordar la cola por delante de una manera muy disimulada, total, que después de estar las tres durante tres horas al raso nos quedamos sin la televisión, la última se la llevaron los señores que estaban delante de nosotros. Nos volvimos sin tele, frustradas por la jeta que tiene la gente, con unas pocas fotos y con los pies congelados a dormir otra vez. Por si no tuve suficiente, la noche del jueves a las 12:00 de la noche estaba en el centro comercial con dos amigas, pero esta vez al calorcito. Cuando llegamos, como las tiendas todavía estaban cerradas, había colas enormes esperando a que abrieran (ver foto), sobre todo delante de tiendas que normalmente son más caras como Victoria Secret. La sensación era muy rara, porque parecía  un día normal en el centro comercial pero con algo más de gente comprando, lo que pasa que se podía apreciar  la cara de sueño y el cansancio de haber estado todo el día en pie. Había dependientes que decían buenos días, otros buenas noches..., era un poco confuso todo. A las 3 de la mañana, muertas de cansancio, decidimos volver a casa. Os preguntaréis qué me compré yo, pues la respuesta es un café la noche del Black Friday para poder aguantar despierta después de la noche tan dura que había tenido anteriormente xD.
Espero que hayáis disfrutado con la entrada. ¡Hasta pronto!!





viernes, 2 de noviembre de 2012

El huracán Sandy vivido en primera persona

¡Hola de nuevo!

Siento haberos tenido abandonados tanto tiempo, pero las últimas semanas han estado bastante concurridas con diferentes eventos y actividades.
Como ya sabéis he estado con mi querida tocaya de vacaciones en Nueva York (nueve días) y Boston (un día), pero la descripción de las vacaciones y de las impresiones de las ciudades irán en otra entrada diferente. Sé que estáis esperando saber como una simple semana de vacaciones se ha convertido en una aventura que se ha alargado tres días más gracias a un huracán muy simpático llamado Sandy. Voy a dividir la aventura en fases, sé que será larga, pero espero que la disfrutéis.
1- El pre-huracán.
Desde el principio del viaje yo llevaba diciendo a mi tocaya: - tenemos que hacer todo antes del lunes y el martes, que va a llover durante todo el día. El día 26 recibimos un email de mis padres, como siempre los padres se preocupan, hablando de la posible llegada de un huracán, pero ella me dijo:- ¿un huracán?, ¡que estamos en Nueva York Marta!, ¡cómo mucho lloverá algo y habrá un poco de viento!. Por lo cual seguimos sin darlo importancia. El domingo, como otro día cualquiera seguimos con nuestros planes, por la mañana  fuimos a Harlem a ver una misa gospel y por la tarde  fuimos al museo MET. Mientras nos sentamos a hacer nuestro descanso en un banco hacia las 3 PM, conectamos  internet y ¡oh surprise!, recibimos la primera advertencia en el móvil. Nuestra querida amiga Sara nos escribió preocupada en facebook hablándonos sobre el huracán, diciéndonos que el transporte público  cerraba a las 7 PM y los colegios estarían cerrados al día siguiente, pero entendimos a las 7PM del día siguiente. Yo me comencé a asustar, pero ella seguía diciendo que era una angustias y que era muy negativa, se lo seguía sin creer, hasta que ya comenzó a recibir llamadas y mensajes más preocupantes (mi móvil español no funciona, por eso no recibí nada). Nos dijeron que a las 7PM cerraban todo, y que en España se estaba oyendo que había mucha gente en el metro y que en las tiendas se estaban quedando sin comida. Sin embargo, nuestra sensación era completamente diferente, allí se vivía un ambiente de tranquilidad completa, como un día normal, hasta que nos dimos cuenta que el museo se quedaba cada vez más vacío, y a las 4 PM decidimos volver al hostal. El metro tampoco estaba demasiado lleno, y cuando llegamos a las tiendas de nuestro barrio, estaban repletas de comida. Por lo cual, seguimos con tranquilidad y por la noche conocimos a los que posteriormente serían nuestra familia Sandy y gracias a los que hemos pasado el huracán de una manera muy amena. Bajamos a por alguna bebida a nuestro "badulaque" favorito abierto 24 horas debajo del hostal, y pasamos la noche pre-huracán entre bromas y risas.
2- El huracán.
Esta fase la vivimos entera en el hostal (en Brooklyn), excepto un rato que bajamos a la calle para comprar algo más de comida y una linterna, por si acaso. La sensación era muy extraña, pasamos el día juntos hablando en la sala común, vimos como se suspendían nuestros vuelos, y comprobamos en internet todo lo que ocurría en la misma ciudad en la que estábamos: inundaciones, apagones, explosiones, mientras que al mismo tiempo recibíamos noticias de nuestros amigos y familiares realmente preocupados por nosotros (gracias a todos).... Sin embargo, cuando mirábamos por la ventana veíamos y podíamos oír aire y lluvia, pero nada excesivamente terrible, las calles no se llegaron a inundar en ningún momento, de hecho no había ni siquiera grandes charcos, no dejó de haber gente en ningún momento por la calle, no mucha, pero en todo momento se veía a alguien. Por la noche nos dedicamos a jugar y a  pasarlo bien (véase la foto), y cuando nos cansamos nos fuimos tranquilamente a la cama con luz e internet, conscientes e inconscientes a la vez de lo que estaba ocurriendo a nuestro alrededor.
3- El post-huracán.
La familia Sandy proseguía unida, como el transporte estaba suspendido, al día siguiente decidimos pasear por Brooklyn para ver los desperfectos y ser conscientes de lo que había ocurrido fuera de nuestro pequeño refugio. Había árboles gigantes arrancados del suelo por el viento atravesando calles y golpeando coches (ver foto), cables desprendidos, señales caídas, paraguas destrozados, sin embargo cuando llegamos a la bahía, y vimos Manhattan desde el otro lado, no eramos capaces de imaginar como estaba esa parte de la ciudad a pesar de todo lo que habíamos leído.
Dos días después, es decir, ayer, otra vez Marta y yo solas recorrimos Manhattan. En este momento, realmente fui consciente de los daños que se habían producido en la ciudad. Fue muy impresionante pasar en unos minutos de una iluminada y activa Times Square, a la ciudad fantasma de Lower Manhattan. Las calles abarrotadas de gente los días anteriores, ahora estaban frecuentadas por unos pocos turistas curiosos, árboles tirados, bolsas de basura acumuladas y unos pocos viandantes. El tráfico estaba regulado por policías, o por los mismos conductores responsables que conducían en una ciudad sin semáforos. Nadie más necesitaba pasar por allí, todo está completamente cerrado, excepto una cantidad ínfima de valientes que se atrevieron a abrir con generadores o velas. Inteligentemente compramos una bebida en Starbucks para paliar el frío, pero esta tienda era la última antes de entrar en la ciudad fantasma. Lógicamente, necesitábamos un baño, después de buscar algún establecimiento abierto, por fin encontramos una tienda de "grocieries", en la que suplicamos que nos dejaran utilizar su baño, y amablemente nos introdujeron en su área privada iluminada con una vela, aunque no me lean, se lo agradeceremos eternamente. Viendo todo lo que pasaba y habiendo oído los testimonios de la gente, esperamos a que se hiciera de noche para ver la ciudad llena de luces sumida en la oscuridad. Comenzamos nuestro recorrido por el puente de Manhattan, la primera mitad cercana a Brooklyn estaba iluminada, sin embargo, en la mitad cercana al desastre nos adentramos en la oscuridad. Fue una experiencia irrepetible recorrer con linternas Chinatown y otros barrios normalmente excesivamente iluminados y activos, ver las calles principales llenas de policías intentando regular el tráfico con linternas, reflectantes y bengalas y mirar hacia las bocacalles y no ver absolutamente nada más allá de lo que eran capaces de iluminar nuestras propias linternas (ver foto con el Empire State iluminado al fondo). Hacia las 8 PM decidimos coger un "shuttle bus", que son autobuses que han puesto a disposición de los ciudadanos para comunicar con las líneas de metro abiertas y poner  punto final a nuestra aventura volviendo al hostal.
 Me siento afortunada de estar perfectamente, y aunque suene extraño, de haber estado en New York en este momento, ya que me ha permitido ver algo histórico, conocer a mucha gente que merece la pena, y vivir un viaje muy especial que nunca vamos a olvidar; pero por otro lado, espero que se solucione pronto, porque la ciudad de New York ahora mismo vive en un caos absoluto, aunque están haciendo todo lo posible por solucionar todo rápidamente, y conseguir que esta ciudad vuelva a ser la ciudad que nunca duerme y está activa las 24 horas del día.